Mis cosas: Leopoldo Alas «Clarín» Obras

Nació el 25 de abril de 1852 en Zamora, donde se había trasladado su familia desde Oviedo, al ser nombrado su padre, Jenaro García Alas, gobernador de la ciudad leonesa. Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio.

En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados. Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que le vieron nacer.

Ami me mandaron leer dos cuentos de este y os voy a dejar un pequeño resumen de ellas:

ADIÓS CORDERA: La historia trata de dos niños gemelos: Pinín y Rosa, que junto con la Cordera y su padre: Antón de Chinta, viven en el prado Somonte y van descubriendo de modos diferentes el progreso a su alrededor representado por el tren y por el poste de telégrafo. Los niños cuando ven pasar el tren por primera vez se entusiasman, en cambio, la Cordera se pone nerviosa. Cuando pasa un tiempo, los niños y la Cordera, casi ni notan su presencia. Por otra parte el padre de los chicos, no quiere vender a la Cordera, porque ésta era como una madre o una abuela para sus hijos, al haber muerto su mujer hace algún tiempo. Un hombre le ofreció más de lo que pedía pero él se negó a venderla. Al final, cuando el casero vino a visitarle y al darse cuenta de cual era su estado económico decide vender a la Cordera a un precio más bajo. Los niños al saber la noticia se pusieron muy tristes y cuando vieron pasar el tren con el ganado se despidieron de la Cordera, sabiendo que la iban ha llevar al matadero. Ya cuando son mayores, Pinín tiene que ir a la guerra y se repite la despedida: Rosa se despide de su hermano y lo vuelve a hacer con la Cordera, comparando a los soldados y a las vacas que los llevan al matadero.

DOS SABIOS: El cuento habla sobre dos personas de avanzada edad los cuales son muy sabios y están en el balneario de AGUACHIRLE y trataban a los demás como si fueran menos que ellos y ente ellos se odiaban y se trataban bastante mal. Los dos querían todo lo mejor (habitación, periódicos, etc.).Se llamaban Don Sindulfo y Don Pedro Pérez. Un día observando unas fotos se dieron cuenta de que eran amigos y no se daban cuenta y que los dos eran muy sabihondos y les gustaban las teorías de los dos. Este cuento nos da a entender que la vida puede ser un pañuelo y que uno del otro se admiraban.

Comentarios

Entradas populares